Últimamente se habla mucho de los fondos europeos, de que va a llegar mucho dinero a nuestro país y a nuestra comunidad autónoma. Pero si se analiza en profundidad y se escucha atentamente a nuestro eurodiputado Jonás Fernández, constatamos que esto no son matemáticas y vemos que una buena parte de los recursos económicos que pueden llegar a Asturias vía fondos europeos va a depender de lo que nosotros hagamos.
Es difícil manejar cifras con exactitud. Lo que sí sabemos es que las principales vías de fondos europeos, además de los estructurales y de inversión, son los Fondos para la Recuperación Europea y el Mecanismo de Transición Justa.
A través del Plan de Recuperación para Europa se han aprobado 750.000 millones de euros, de los que 390.000 son subvenciones a fondo perdido y 360.000, préstamos.
Los 390.000 millones vienen mediante varias líneas, de las que la más importante es el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Está previsto que el 70% de estos fondos se repartan entre 2021 y 2022 y el 30% restante en 2023.
Los fondos del Plan de Recuperación hay que distribuirlos ahora entre los estados miembro, y para eso cada país debe enviar a Europa su plan nacional detallando las inversiones y reformas que prevé realizar y las ayudas económicas que, en base a ellas, pide.
En buena lógica, el nuestro deberá recoger las recomendaciones que ha hecho a España la Comisión Europea, entre las que figuran asuntos como reformar el sistema educativo y fomentar la formación profesional.
Se calcula que pudieran llegar a nuestro país 140.000 millones, de los que 72.700 serían ayudas directas, y habrá que ver cuánto llega a Asturias de esa cantidad. Tendremos que estar muy atentos y exigentes en las negociaciones para que nuestra región no quede relegada.
En cuanto al Mecanismo de Transición Justa, a pesar de que aún no se conoce con exactitud el montante final debido a que se encuentran en negociaciones las cuantías, se prevé que podamos aspirar a 1.700 millones de euros, estructurados en tres pilares: para créditos al sector empresarial y administraciones públicas (investEU), unos 800 millones; para facilidades a las administraciones públicas, unos 300 millones y para el fondo de transición, unos 600 millones.
Para acceder a estos recursos es imprescindible que Asturias presente un Plan de Transición antes de la próxima primavera y que éste sea aprobado la Comisión Europea. Debe recoger nuestra estrategia regional al año 2030, reflejando cómo vamos a cumplir con la reducción de emisiones.
Posteriormente habrá que presentar los proyectos concretos a cada una de esas tres vías. Tendrán que estar relacionados con energías limpias, creación de empresas emergentes, generación de nuevas oportunidades económicas, renovación de edificios, etcétera. Y, algo muy importante: habrá que reservar dinero, porque los proyectos van a requerir cofinanciación.
En suma, va a llegar dinero de Europa; vamos a tener que pelear con el Gobierno de España para que a Asturias lleguen los fondos para la reactivación económica y no se castigue con menos a quien en materia sanitaria ha hecho los deberes y pudo proteger mejor a las personas; vamos a necesitar buenos proyectos para acceder a los fondos de transición y, para todo ello, será preciso el consenso de las fuerzas económicas, políticas y sociales.
Un consenso que, que en primer término, debe plasmarse en unos nuevos Presupuestos Generales del Estado y del Principado de Asturias que den cabida a todos estos recursos. Y ello, con una exigencia a la Unión Europea de que tiene que ser más ágil. Porque las ayudas las necesitamos ya.
La economía de Asturias no puede esperar. Muchas personas están en situación límite y, desde luego, una transición solo puede considerarse justa cuando hay alternativas en tiempo y forma.
(Este artículo se publicó en el diario El Comercio el 7 de octubre de 2020)