DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Vivimos en una sociedad patriarcal con una gran desigualdad de género, que radica en las raíces mas profundas de nuestro comportamiento, ya desde la infancia con unos estereotipos sociales que conllevan una distribución de roles en el seno familiar por razón de sexo, que continúan en el ámbito escolar con una educación, con unos libros de texto, con una religión que pone al hombre en el centro del universo y que se convierte en el mejor y único capaz de cambiar y transformar el mundo. Según crecemos el hombre ambiciona a ser el mejor deportista, el mejor cocinero, el mejor inventor, el mejor gobernador, se convierte en sinónimo de éxito. Esta división de género ya desde el propio nacimiento hace que seamos una sociedad donde la labor cuidadora le corresponde por gracia divina a la mujer y al hombre al labor sustentadora, que provoca que las mujeres se incorporen en mucha menor medida al mercado laboral. Cuando se incorporan se encuentran con una gran división del trabajo por razón de género, pues los hombres trabajan principalmente en el sector industrial y las mujeres en el sector servicios, mucho más precario en las condiciones laborales. Cuando consiguen incorporarse a la empresa se encuentran con los estereotipos laborales, pues existe una norma no escrita que las secretarias solo pueden ser mujeres, los hombres en tal caso sería administrativos, y aunque tengan mejores resultados académicos en rara ocasión acceden a los puestos de dirección o gerencia. Además como son las que siguen manteniendo la función cuidadora familiar son las que en el 90% de los casos cogen los permisos o excedencias por cuidado familiar, o las que tienen en el 75% de los casos los contratos con reducción de jornada o a tiempo parcial, las que más temporalidad sufren, y las que mas padecen el desempleo. Todo esto conlleva consigo una desigualdad retributiva que las acompañara toda la vida, mientras trabajan con menos salario, en el desempleo con menos prestaciones y en la jubilación con menos pensiones. Esta desigualdad de género hace que el hombre siga considerándose superior y que no admita que una mujer cuando menos pueda ser igual que el, por lo que tenemos mas de 1.000 muertes en los últimos 14 años, y más de 1.000 violaciones en el año 2016, sin contar la violencia de genero psicológica tan difícil de demostrar y que hace que muchas mujeres en la actualidad vivan con miedo.

Estamos por tanto ante una autentica brecha social, que es necesario radicar desde raíz. La UGT venimos exigiendo al gobierno que es necesario una ley de igualdad salarial, que se implante la figura del delegado de igualdad, que se cumplan la obligatoriedad de tener planes de PRL y que sean también obligatorio para las micropymes, que promueva que haya un convenio internacional contra la violencia de género. Y a las empresas acaben con los techos de cristal y los suelos pegajosos, que negocien planes de igualdad y que publiquen los que ganan en sus empresas los hombres y mujeres. Este 8 de marzo hemos convocado una huelga parcial de 2 horas porque necesitamos que ese día marque un antes y un despúes en la desigualdad de género, porque necesitamos que sea una jornada de reflexión en el ámbito laboral, institucional, familiar, donde hablemos mucho y se respire aires DE reivindicación y sobre todo de lucha activa por acabar con este TERRORISMO MACHISTA que sufren las mujeres en nuestra sociedad, porque las quereos libres, unidas y vivas

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