
El no pacto salarial entre los sindicatos y la CEOE responde a los patrones que últimamente se han puesto de moda en todas la negociaciones donde hay o puede haber un trasfondo político, donde el objetivo y los beneficiarios son lo de menos y la repercusión y el interés particular es lo que más interesa.
Desde el primer momento hemos acudido a una negociación ficticia, no había ningún interés real de los empresarios por firmar ningún acuerdo de subida salarial, pero estaban obligados a escenificarlo en unos momentos donde el gobierno de España, la Unión Europea, toda la comunidad Internacional y muchos empresarios a nivel particular señalan la necesidad de subir los salarios para fomentar el consumo, por tanto que la gente compre, así las empresas venden, crean puestos de trabajo, pueden subir salarios y pagan sus impuestos con lo que el estado recauda más dinero, entrando por tanto en un circulo de crecimiento
Ante este panorama la estrategia empresarial fue muy evidente, pocas reuniones y de poco contenido, y llevar la negociación fuera de la mesa a golpe de titular en los medios de comunicación, convirtiendo la misma en un espectáculo mediático que trasladase la imagen de tener un interés real.
Pero la realidad y los datos son muy claros y no se dejan engañar, en el año 2016 el salario medio descendió un 0,3% mientras la economía creció un 3,2%. Antes de la crisis los salarios representaban más del 50% del P.I.B., en la actualidad están en el 47%, en la industria la actividad es la misma que había en el 2008 (solo un 2% menos) sin embargo la masa salarial de los trabajadores de este sector perdió más de un 16%, y todas estas rentas salariales perdidas han ido a parar a los beneficios empresariales y a impuestos. De tal manera que al mismo tiempo que se reduce las rentas salariales aumentan las rentas al capital
Parece indecente que mientras España crece al ritmo del 1,5, el PIB este en más del 3%, a los trabajadores no se les quiera subir lo que sube la vida (IPC), que a los empleados públicos se les suba un 1% y a los pensionistas un 0,25%.
En definitiva que el crecimiento económico y la recuperación de los beneficios de las empresas se están haciendo a costa del salario de los trabajadores, los empleados públicos y de las pensiones, así como de la precariedad laboral y de la desigualdad de los trabajadores de este país
Al mismo tiempo cada vez hay más recortes económicos en educación, sanidad, en igualdad, en políticas activas de empleo, en dependencia, donde el único dato que aumenta y se multiplica es el de la corrupción.
No tiene ningún sentido querer sustituir el IPC como instrumento objetivo que mide los que sube la vida por lo beneficios empresariales.
No nos engañen, los trabajadores no somos unos pobres ignorantes, sabemos lo que son los balances, las cuentas de resultados, las auditorías, y querer ligar la subida salarial a estos variables tan subjetivas, que permiten tantas combinaciones y juegos, es lo mismo que decir que nos subirán los salarios cuando y como quieran
Somos conscientes de que la reforma laboral ha desnivelado mucho la balanza entre empresarios y sindicatos, y que es mucho más rentable sujetarse a la ley y a la reforma laboral que acordar con los agentes sociales, pues asúmanlo pero no intentemos engañarnos a todos diciendo que hay que subir los salarios y luego no subirlos y que las empresas van muy bien, menos para subir salarios que entonces están muy jodidas.
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